Es un honor recibir esta aportación de @FRAILAS del gran blog zeppelinrockon. En este blog podréis estar al día de todo lo que acontece en el mundo del rock y el cine; así como disfrutar de las listas más variopintas de esas temáticas. También recopila sus microrrelatos favoritos, y, por si esto fuera poco, acostumbra a dejar un microrrelato de su propia cosecha todos los fines de semana, bajo el título: Basura espacial (ya van más de 50). Aquí nos ha dejado uno de sus micros.
MOSCA DE AMOR.
La mosca ha entrado en la habitación,
donde tú estabas solo y en silencio, leyendo. Casi ni conoce el mundo y mucho
menos te conoce a ti, porque apenas tiene aún unas horas de vida. El calor del
verano es intenso y tú sudas, no mucho la verdad, pero sí lo suficiente como para
que tu olor atraiga a la mosca y se te acerque. La desprecias con un manotazo
al aire, fallido. Tú eres miel para ella, pero no lo entiendes. La mosca vuelve
a aproximarse igualmente sin ninguna cautela. Quiere lamerte, acariciarte,
besarte. Nadie puede negar que esto también es una forma de amor, quizá la
única que la mosca conoce, pero lo es, lo es. Más aún por la manera en que te
mira desde el borde de la mesa. Tú, claro, no le haces ni caso, sigues
ensimismado en no sé qué poemas, aunque la verdad es que ya has perdido un poco
la concentración. Es imposible internarte en la jungla de los versos al mismo
tiempo que la mosca, tu mosca, está ahí, tan cerca. Ya es improbable que una
lágrima vuelva a descender, lenta, de tus ojos, cuando sientes que la voz que
te habla en silencio desde el libro te ha tocado una parte sensible del alma.
La mosca te espía, te acecha imantada por el deseo implacable, natural, lascivo.
Vuelve a intentarlo con renovado celo; la rechazas una y otra vez. Cuando
desiste por fin y se posa no muy lejos, una brizna acuosa se desliza, como
rocío casi imperceptible, por su rostro diminuto, y resplandece durante una
décima de segundo en la tarde lívida. Poco después estará muerta, despachurrada
entre tu libro y el tablero de la mesa. Así, en seguida, sin darle la menor
importancia, podrás abandonarte de nuevo a la lectura en brazos de Cupido y
olvidarás sin más a esa mosca que te quiso más que nadie.
Ángel Carrasco Sotos.
Todo un honor, my friend, el poder colaborar en este blog que vas construyendo piedra a piedra, con tanta voluntad y con tanta ilusión. Un saludo, Álvaro y que la suerte te sea propicia.
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